domingo, mayo 08, 2011

"El hombre que entraba por la ventana"


Ficha técnica:
El hombre que entraba por la ventana (un fado vagabundo)
Gonzalo Moure; Gabriel Pacheco
Ed. SM, 2010
978-84-675-3648-5


Sinópsis:

María Luces vive en Lisboa con su madre; nunca ha conocido a su padre. Algunas noches, María Luces se despierta y escucha historias de la bandida Melania la Fuente, narradas por una voz arenosa que suena dentro de su cabeza. María Luces cree que todos los niños tienen una voz así, hasta que una noche se da cuenta de que el narrador es un desconocido que entra por la ventana de su habitación. Sus cuentos la acompañarán de la infancia a la edad adulta, y significarán algo distinto en cada época. Este álbum combina la imagen y la prosa poética para mostrar cómo podemos encontrarnos con quienes nos rodean y con nosotros mismos a través de las ficciones.

Fragmento:

"Cuando parece que un fado se muere, aún guarda una nota secreta en sus pliegues y la deja escapar lánguida como el olor de las flores de los tilos al anochecer. María Luces escucha la canción a pesar de las ventanas y de la televisión. El fado se enreda en las sábanas de las terrazas y en las rejas de los balcones y en toda la ropa tendida y se empapa del aroma limpio de jabón. Así suena a veces la calle del barrio de Graça en la que vive María Luces, hasta que bajo las farolas se extiende un silencio lento de gente enamorada, de vino en jarra de barro, de suspiros mudos."

"El retorno"


Ficha técnica:
El retorno
Alphonse Brutsche
Ed. Geasa, 1979. Col. Relatos de terror.
978-84-7503-027-0

Sinópsis:

La vida y sobre todo la muerte se rigen por leyes inmutables. Pero hay fuerzas tan intensas que luchan por cambiar esas leyes, sin detenerse a pensar en sus consecuencias, en lo que puede llegar a suceder cuando se desencadenan las fuerzas sobrenaturales. ¡Las fuerzas del más allá!

Fragmento:

"Quiso gritar, librarse, pero detrás de su nuca unos dedos huesudos le sujetaban firmemente. Sus dientes mordieron una materia fría y rezumante. Sintió en la boca el gusto a tierra podrida. Un alarido, que no conseguía salir de su garganta, hinchaba su pecho al mismo tiempo que una repugnancia insoportable le retorcía las entrañas."