viernes, octubre 16, 2009

Pablito, un niño vulgar


Pablito es, a simple vista, un niño más en la escuela. Mastica el culo de los lápices, como los demás. Y como los demás le gusta el olor del pegamento y las pequeñas tijeras azules que más que cortar estropean. Pero hoy se ha olvidado de esperar en el vestuario a que los demás niños se marcharan y se han reído de lo pequeña que la tenía.

"Cariño, con siete años y pocos días, tenerla pequeña es un factor muy ambiguo", le ha dicho su madre al volver a casa. Pablito no lo ha entendido y ha pensado que también se reía de él, por lo que se ha encerrado en su cuarto y se la ha mirado durante un rato largo delante del espejo.

Ha conseguido dormir, aunque el resto de la tarde la ha pasado pensando que todo era muy grande. El tenedor, el mando de la televisión e incluso las pequeñas tijeras azules que más que cortar estropean. "Para qué quiere la gente cosas tan grandes", ha dicho para sí mismo, hundiendo la barbilla en su pijama rojo con aviones.

Su padre ha llegado cuando terminaba de cenar. Se lo ha contado y entre carcajadas y aflojándose la corbata, le ha respondido: "no deberías preocuparte por esas cosas todavía".

Antes de sumergirse bajo las sábanas ha escrito cien veces en su cuaderno: “Mañana no me olbido de hesperar” y ha tirado a la papelera sus tijeras.

Por Jorge Jiménez Ríos

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.